«Sal de tu zona de confort y comienza a caminar»: ese es el lema del papá fitness de Ingo Fruboisi, a quien le gustaría tener un perro salchicha en la receta de todos para recoger los pasos. Caminar a paso ligero es una variedad de salud: aumenta la circulación de oxígeno en el cuerpo, entrena el corazón, fortalece los vasos sanguíneos, desarrolla los músculos y nutre las articulaciones. También beneficia al cerebro. Los investigadores han descubierto que los ratones en movimiento crean nuevas células cerebrales en el hipocampo a lo largo de sus vidas. Esto da motivos para suponer que las personas pueden llenar su depósito de repuesto en el cerebro con ejercicio. El cuerpo apenas necesita una cabeza para la marcha cinética. Sólo da la chispa inicial, el resto lo hace la médula espinal. No es de extrañar que los investigadores no solo usen caminar para generar nuevas ideas. Se dice que caminar aumenta la conciencia. De hecho, el ejercicio aumenta el rendimiento del cerebro y crea un buen estado de ánimo. Las hormonas de la felicidad se liberan cuando caminas, eliminando el estrés de la vida cotidiana. Caminar ha sido durante mucho tiempo una forma de tratamiento para las enfermedades mentales. Pero en las ciudades, cada vez es más difícil para los peatones encontrar su camino. En Leipzig quieren contrarrestar esto y planear una joya verde por encima de los tejados densamente poblados de la ciudad.
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