Las temperaturas alcanzaron los 50 grados centígrados y hundieron una serie de récords: La ola de calor que azotó el noroeste de Estados Unidos y la costa oeste de Canadá en junio de 2021 fue brutal. Durante este tiempo, algunos científicos y caminantes de la playa notaron la cría de ostras muertas y moribundas en las costas del Mar Salish y otras áreas. El análisis de los datos recopilados rápidamente en ese momento muestra que los animales fueron víctimas de una «tormenta perfecta» Como el informe de Wendell Raymond de la Universidad de Washington y su equipo en «Ecología».
Las temperaturas extremas de la región coincidieron con las mareas más bajas del año, que también ocurrieron durante los períodos más cálidos del día. «No se podría haber imaginado el peor de los escenarios para las criaturas intermareales», dice Raymond. No todas las especies se vieron igualmente afectadas por los golpes: los mejillones que se escondían en las profundidades de los sedimentos morían con menos frecuencia que los que querían sobrevivir a la marea cerca de la superficie.
Los mejillones en las costas del interior se vieron gravemente afectados, ya que la marea llegó en el momento más caluroso y donde las temperaturas del aire eran mucho más altas que en las costas exteriores sin islas en alta mar. En el Pacífico abierto, las olas y, en general, un movimiento de agua más fuerte aseguraron que las condiciones siguieran siendo más soportables y que perecieran menos animales.
Gracias a la gran cantidad de puntos de registro, el grupo de trabajo pudo detectar incluso pequeñas diferencias: donde los árboles daban sombra a la orilla o los arroyos y ríos desembocaban en el mar, más mejillones sobrevivieron a unos cientos de metros de distancia, donde el sol podía brillar sin obstáculos y no se produjo más enfriamiento.
Los investigadores temen que debido a que la ola de calor coincidió con el período de reproducción de muchos mejillones, la mortalidad masiva podría afectar a las poblaciones durante varios años. A medida que el cambio climático aumenta la frecuencia de los eventos de calor extremo, los eventos de extinción masiva también pueden ocurrir con mayor frecuencia y, en consecuencia, poner en peligro a las especies. Se debe utilizar un estudio a largo plazo para investigar más a fondo el desarrollo de la población de mejillones.
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