El concepto de tiempo es uno de los mayores misterios de la ciencia: parece que nos movemos en una delgada capa límite entre el pasado y el futuro, pero este presente, bastante extraño, no aparece en ninguna de las leyes físicas actuales. ¿Qué impulsa el camino permanente? ¿El tiempo siempre evoluciona en una dirección, como hemos visto hasta ahora? Estas y otras preguntas similares han atormentado a los físicos durante siglos.
Las dos teorías básicas bien probadas aún no han podido corregir la situación. Por un lado, está la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, que da un vuelco a nuestra comprensión del espacio y el tiempo, y por otro lado está la física cuántica, que describe el comportamiento de las partículas más pequeñas sorprendentemente bien.
Los expertos siempre han intentado combinar los dos para comprender fenómenos extremos como el Big Bang o los agujeros negros, que contienen aspectos de la mecánica cuántica y la relatividad.
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