Editorial: Alemania, ¿un país con sequía? espectro de la ciencia

Este año me di por vencido rápidamente. Su trabajo es evitar que los rododendros se sequen, rociar el césped y mantener vivas las bayas; en resumen: asegurarse de que nuestro jardín permanezca en su estado verde habitual. En 2018 seguíamos regando con todas nuestras fuerzas contra la fase seca y en 2019 nos defendimos de la sequía durante unas semanas con una manguera y una regadera, y ya hemos parado. Porque todo indica que veranos al estilo mediterráneo como este se convertirán en la nueva normalidad en el futuro. Es mejor adaptar la agricultura a menos lluvia y calor, que hundir metros cúbicos por metros cúbicos de agua potable en el suelo mientras se observa cómo el verde se vuelve amarillo y marrón. De todos modos, a nuestro lirio le va muy bien, al igual que a nuestras higueras y melocotoneros, que han admitido condiciones secas y cálidas con una cosecha récord.

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