El convence: Cómo demostrar competencia sin parecer ostentoso
Los elogios hacia uno mismo no suelen ser bien recibidos. Pero existe una estrategia sencilla para dar una impresión competente pero agradable.
Ya sea en una solicitud o en conversaciones con sus jefes o clientes: para demostrar su competencia, debe informar de vez en cuando sobre su gran trabajo. Sin embargo, hay motivos para alardear. Ella no parece particularmente agradable. Los expertos incluso han acuñado su propia palabra para referirse a esto: el “dilema de la autopromoción”. Sin embargo, tres investigadores económicos estadounidenses afirman que han podido solucionar el problema, como dicen en »Revista de Personalidad y Psicología Social« Escribe: Cualquiera que elogie los logros de los demás además de los propios se muestra competente y amable.
Eric van Eps de la Universidad de Utah y sus colegas examinaron primero cómo los estudiantes publicitaban sus habilidades: después de una actuación grupal exitosa, se les pidió que postularan individualmente para más tareas. Más de la mitad elogió únicamente su contribución; Sólo alrededor de un tercio elogió la contribución de sus compañeros participantes. Los políticos se han vuelto más inteligentes en este sentido, como lo demostraron sus discursos en el Congreso de Estados Unidos. Una de cada dos personas combinó el elogio propio con el elogio general de los demás.
Pero, ¿el doble elogio es siempre la mejor estrategia? Los tres economistas probaron esta hipótesis mediante experimentos en los que participaron más de 1.500 participantes. En el primer estudio, presentaron a los directivos aplicaciones ficticias. Los autoelogios y los dobles elogios les dieron la misma buena impresión, pero las aplicaciones con elogios externos les parecieron mucho más agradables y la impresión general también se benefició. Esto no cambia si también hay un mensaje de la persona elogiada que sólo se elogia a sí misma.
En otro experimento, los investigadores probaron dos estrategias adicionales: ningún elogio o sólo elogios de los demás. A casi 1.000 sujetos de prueba se les presentaron en línea textos ficticios de dos personas que informaban sobre un proyecto conjunto. Evitar promocionarte no te otorga ningún punto extra de simpatía. Tanto los elogios externos como los dobles elogios me parecieron igualmente agradables. Pero el doble elogio los hizo parecer más competentes. Los investigadores concluyeron que ésta es la única manera de parecer competente y amigable al mismo tiempo.
Esto también se aplica a la política, como lo demuestra otra experiencia. Se pidió a unos 200 votantes elegibles que juzgaran a los políticos que elogiaban su trabajo o el de sus colegas. El doble elogio resultó ser la mejor opción en todos los aspectos: los participantes de la prueba otorgaron uno de siete puntos posibles más por la competencia y hasta aproximadamente dos puntos más por la amabilidad y la probabilidad de elegir a esa persona. Además, la decisión de votar estuvo más relacionada con la amabilidad que con la competencia.
En cuanto a la influencia externa, es importante reconocer siempre el aporte de los demás a la hora de lucirse. No importa si es en el trabajo o en la política: brillamos más con nuestros logros cuando permitimos que otros brillen con nosotros.
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