Mirar hacia el cielo nocturno puede ser emocionante. Siempre que esto no se haga en una ciudad muy iluminada. Y, por supuesto, las nubes tampoco deberían bloquear la vista de las estrellas. Sin embargo, incluso cuando está literalmente lleno de estrellas, no vemos todo lo que hay para ver. Esto no solo se debe a que nuestros ojos son herramientas visuales relativamente pobres, sino también al fenómeno descrito por esta fórmula:
seleccionado a Transmisión atmosférica, es decir, la permeabilidad de la atmósfera terrestre a la radiación electromagnética. Depende de cuanto aire tenga que pasar la luz (en la fórmula por función h mostrado). También es importante el coeficiente de extinción κ, que, al igual que la transmisión atmosférica, depende de la longitud de onda λ.
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Esta dependencia es la razón por la que la atmósfera causa tantos problemas a los astrónomos. La cantidad de luz que llega a la Tierra desde el espacio depende de la longitud de onda de la luz. Los componentes del aire, es decir, los diversos elementos químicos, influyen en la transición, al igual que la temperatura y otras variables que se resumen en el coeficiente de extinción. En cualquier caso, el resultado de todo esto es un estorbo para la astronomía, porque la mayor parte de la radiación electromagnética queda fuera.
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