Donde se sienta la curiosidad: el espectro de la ciencia

Es realmente extraño que identifiquemos coloquialmente el centro de la curiosidad. Por ejemplo, en el órgano olfativo: creemos que los olfateadores profesionales tienen la notoria profesión de meterse la nariz en todo. ¿O está escondido en el sentido de la vista? El padre Agustín regañó a la vieja iglesia por curiosidad, describiéndola como una tentación para los ojos. Aún otros apóstoles morales sostuvieron que la curiosidad no es visual, sino vocal en el trabajo cuando hombres y mujeres juntan sus cabezas para charlar en sus corazones sobre los que estaban ausentes.

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